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Transcripción del Discurso de Isabel Díaz Ayuso en la entrega de La Medalla de la Comunidad de Madrid a Javier Milei.

junio 21, 2024

Toma la palabra doña Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid. Toma la palabra:

(Habla La Presidenta Isabel Díaz Ayuso):

Presidente de la República de la Argentina, Don Javier Milei; Secretaría General de la Presidencia, doña Karina Milei; embajador de la República Argentina en España, don Roberto Bosch; consejeros del Gobierno de la Comunidad de Madrid; medios de comunicación; señoras y señores; estimado presidente Javier Milei, es un inmenso honor recibirle como Presidente de la República de la Argentina en esta sede, la presidencia de la Comunidad de Madrid. Nos produce una profunda alegría esta visita, y que sea justo ahora, cuando la Nación Argentina está resurgiendo con fuerza y se habla de ella por todas partes todo el tiempo. Algo que también sucede, aunque de una manera más modesta, con la región de Madrid, que está viviendo uno de sus mejores momentos.

Argentina y España, y especialmente aquí en Madrid, tenemos mucho en común: compartimos un idioma, una cultura, una historia, y miles de personas que cada año van y vuelven para encontrarse con los suyos, hacer negocios, turismo, y así ha sido durante siglos entre estas dos naciones hermanas. Pero también hay algo que compartimos y que está cambiando y cambiará muchas cosas. No nos conformamos con lo que hay sin más, y ambos sabemos que todo puede y debe ir a mejor; que debemos ser generosos, entregados y valientes; imaginar, decidir y actuar; y que lo único de lo que podemos arrepentirnos es de todo lo que no hicimos teniendo la inmensa oportunidad y la obligación de dejar un país y una región mejores de cómo las encontramos.

La Comunidad de Madrid se rige bajo una economía social de mercado. Somos el motor económico de España, donde la persona está en el centro de nuestras políticas. Defendemos la libertad y la vida como los dos bienes más preciados que tiene el hombre, así como la familia, la empresa y también el cuidado del que se queda atrás por distintos motivos. Aquí todos somos únicos, insustituibles e iguales ante la ley y las oportunidades, lejos del colectivismo empobrecedor, la cultura de la subvención para crear redes clientelares y el voto cautivo. Trabajamos sin olvidar que hay quien necesita más atención, como la infancia, la discapacidad, la dependencia y el mayor, como merece reconocimiento y respeto quien crea puestos de trabajo con el patrimonio de sus hijos y cuyos negocios, como la propiedad, son sagrados.

Tenemos una fuerte clase media que no mira por encima del hombro a nadie, ni por su bolsillo ni su origen, pero que trabaja mucho a conciencia cada día y merece los mejores servicios públicos, con la mejor y la menor fiscalidad y una burocracia que sea asumible. En Madrid nos mueven las ganas de ser prósperos e ir cada día mejor. La Comunidad de Madrid es la única región en España sin impuestos propios, donde menos se pagan y donde hay más estímulo al emprendimiento. En Madrid existe libertad de horarios comerciales para abrir, cerrar, para comprar en un comercio a cualquier hora, todos los días de la semana. En Madrid, los ciudadanos eligen hospital, médico, enfermera y colegio que prefieran, independientemente del barrio donde se viva, servicios públicos que, por cierto, son admirados en el mundo entero. Y sobre todo, en Madrid somos alegres, somos bravos y callejeros. Como no ha podido comprobar el presidente, nos gusta la vida en común y saber que, más allá del esfuerzo y el sacrificio de cada uno, todo es posible sin necesitar el tutelaje de la administración.

A nivel político, a Madrid se viene a que te dejen vivir en paz. Este mestizaje, que también se produce entre clases sociales, nos hace ser una región segura que siente admiración por las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, las instituciones, el Estado de Derecho, la corona, también representada por Su Majestad el Rey Felipe VI, y nuestra gran obra política, la transición, que ha dado paso a nuestro mayor periodo de paz y prosperidad. En Madrid, se es madrileño desde el primer día. Nos sentimos orgullosos de esta gran alianza que es la Hispanidad, es decir, la unión de 600 millones de personas que vemos la vida bajo valores occidentales. Una gran alianza que todas las democracias liberales debemos cuidar a los dos lados del Atlántico ante los proyectos divisorios que están arruinando naciones enteras. Todos comenzaron por el asalto a la separación de poderes y la justicia, anteponiendo lo que llaman «democracia popular» a la ley, es decir, la ley de la selva del más fuerte.

Estos proyectos totalitarios odian la construcción, el trabajo, el respeto a la verdad y a la realidad, y por encima de todo, a la libertad. La libertad de expresión, la prensa y la cultura libre, la empresa como tal, el autónomo y la propiedad privada. Estos son siempre sus objetivos primeros y por eso no dudan en tomar decisiones arbitrarias y matar cualquier incentivo con impuestos voraces. Recaudar es muy sencillo; lo difícil es gestionarlos. Así es como, paradójicamente, la que fuera una de las naciones o la nación más rica del mundo ha ido perdiendo empresas, esperanza, prosperidad y juventud hasta caer en índices de pobreza inasumibles. Y así han dejado a la Argentina. Háganos caso, venimos del futuro. Así nos lo dicen millones de personas, miles de argentinos, todos los días en las calles de Madrid, y venezolanos, cubanos, ciudadanos de Europa del Este.

Presidente, esta tarde, centenares de argentinos, los has visto fuera, están siguiéndote en sus casas o en esta plaza, en la Puerta del Sol, el kilómetro cero de todas las carreteras de España, con la ilusión de tenerte cerca después de largos años viviendo fuera de su tierra. Has heredado una situación económica extrema, con la mitad de tu población sumida en la pobreza, con una inflación que supera el 200% y con serias dificultades hasta para pagar los salarios de los médicos y de los maestros. Estás encarando con firmeza y con coraje unas medidas que suenan a aire fresco en todo el continente americano, pero también en Europa. Bancos españoles, hoy mismo, han respaldado tus decisiones porque están reduciendo la inflación, que es el verdadero impuesto a la clase media y a los vulnerables, y porque los precios en Argentina empiezan a contenerse. Hoy la Argentina está en el mapa internacional como no se veía desde hace años, y esto siempre es una llamada a la inversión, a la confianza, a la esperanza.

La defensa de la libertad siempre merece la pena, por muchas amenazas que reciba, y se defiende ejerciéndola. Por eso recibes esta medalla internacional, la medalla de la Comunidad de Madrid, como antes lo han hecho otros mandatarios cuya labor siempre se ha desempeñado con la libertad por bandera: Zelenski, el presidente venezolano Juan Guaidó, Apóstolos Tzitzikostas, que fuera el presidente del Comité de las Regiones Europeo, y Daniel Novoa. Un sencillo gesto de cortesía que deseamos te acompañe durante los años que estés al frente del gobierno argentino y te recuerde que en Madrid cuidamos con cariño a tus compatriotas, que además tuvieron que emigrar huyendo en busca de libertad y oportunidades. Y también a todos los madrileños y al resto de los españoles que hoy viven al otro lado del Atlántico, y cuyas empresas, familias y vidas van a depender en gran medida de tus decisiones. Libertad es elegir, es responsabilidad, es asumir consecuencias, para ellos y para nosotros como gobernantes. Y creo que no cabe más honroso desafío.

En este camino, cada uno tomará sus decisiones, no siempre serán las mismas, sino falta, no hace falta, creemos en los matices, cómo no. Y entiendo que muchos no lo verán así, no lo podrán comprender, tampoco pretendo detenerme en ello. Pero habrá muchos paralelismos, muchos más, en cada empleo que se cree, en cada negocio nuevo que se abra, en cada joven que encuentre su oportunidad gracias a medidas liberales en Argentina y en España, también en Madrid. Esta defensa tiene un precio a pagar. Ningún proyecto reformista sincero, valiente y comprometido está exento de las más crueles críticas. Para muchos, el miedo a perder el poder y privilegios es mayor que las ganas de lanzarse a cambiar lo que no funciona y gobernar desde la verdad, tratando a los ciudadanos como adultos.

Presidente, que Argentina y España, que nuestras regiones y ciudades nunca rompan sus vínculos históricos que están por encima de todo, que sigamos visitándonos unos a otros con naturalidad y confianza, a pesar de discrepancias políticas. Que la libertad cambie la vida de millones de argentinos, que tus medidas siempre acierten, pues esperamos con ilusión las mejores noticias de nuestros hermanos de la Argentina, por todos los que tuvieron que irse dejando lejos su casa. Como canta un artista porteño muy querido en Madrid, Andrés Calamaro, «la conocen los que la perdieron, los que la vieron de cerca irse muy lejos». Sí, la libertad. Por ella y por todos los éxitos que te deseamos, vaya este sincero reconocimiento del Gobierno de la Comunidad de Madrid. Muchas gracias.

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