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Yo sí te creo hermana: Denuncias Falsas contra los hombres: El 77% de los acusados de violencia de género son inocentes.

agosto 15, 2024
yo si te creo hermana denuncias Fachosfera.info

La destrucción de vidas inocentes: ¿Nos hemos vuelto locos en España?

Índice de Contenidos:

Introducción

La situación que vivimos actualmente en España es profundamente preocupante. Los derechos humanos de la mitad de la población están siendo sistemáticamente ignorados, especialmente los de los hombres. Se ha instaurado un sistema que criminaliza al varón español, colocándolo en una posición de ciudadano de segunda o tercera categoría. Este artículo pretende arrojar luz sobre esta realidad, analizando casos específicos que muestran la gravedad de la situación.

La ley de violencia de género: ¿justicia o injusticia?

La ley biogen es un punto clave en este debate. Según las estadísticas, el 77% de los denunciados por violencia de género terminan siendo declarados inocentes. Esto es preocupante, especialmente cuando se considera que esta ley es inconstitucional. Va en contra del artículo 14 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que establece la igualdad ante la ley. En lugar de proteger a las víctimas, parece que esta ley crea una justicia desigual, donde el acusado es tratado como culpable desde el principio.

El impacto en las vidas de los hombres

Los hombres en España son vistos como sujetos desechables, poco más que cajeros automáticos con patas. Esta visión se ve reforzada por los medios de comunicación, que hablan de machismo, misoginia y patriarcado mucho más que los medios internacionales. Este bombardeo constante afecta a los hombres, que se ven obligados a defenderse constantemente de estas acusaciones.

Las falsas denuncias: una herramienta peligrosa

Las falsas denuncias son un problema real y muy grave. Aunque solo el 0,001% de las denuncias se consideran oficialmente falsas, esta cifra es engañosa. En muchos casos, la fiscalía no investiga de oficio a quienes presentan denuncias falsas. Esto crea una situación en la que los hombres son vulnerables a ser acusados falsamente, lo que puede destruir sus vidas.

Caso de la policía sancionada

Un caso reciente ilustra perfectamente este problema. Un policía fue acusado falsamente por su pareja, quien afirmó que él la maltrataba física y emocionalmente. A pesar de la falta de pruebas, el hombre fue apartado de sus hijos durante cuatro años. Las trabajadoras sociales involucradas en el caso fueron sancionadas, pero las sanciones fueron ridículas en comparación con el daño causado.

AcusaciónVeredicto
Maltrato físicoDesmentido por falta de pruebas
Abuso sexualDesmentido por testigos y pruebas médicas
Amenazas con armaDesmentido por la policía
Violencia contra los hijosDesmentido por testigos

La red clientelar del feminismo institucional

Detrás de todo esto hay una gigantesca red clientelar que se beneficia de la victimización de las mujeres y la criminalización de los hombres. No se trata solo del presupuesto del Ministerio de Igualdad o del Instituto de la Mujer. Esta red se extiende a municipios pequeños, donde hay concejalías de igualdad que duplican y triplican los órganos de gobierno.

El papel de los medios de comunicación

Los medios de comunicación también juegan un papel crucial en este sistema. Hablan del machismo y la misoginia de una manera que criminaliza al hombre y victimiza a la mujer. Este bombardeo mediático constante comienza desde la escuela y continúa en la universidad, en los cursos de reciclaje, en el trabajo, en la televisión y en el cine.

El caso de la mujer de La Coruña

Un caso reciente en La Coruña ilustra cómo se ha distorsionado el sistema de justicia. Una mujer de 17 años acusó a su novio de secuestro y abuso, pero durante el juicio admitió que había mentido porque estaba molesta con él. Sin embargo, la fiscalía no investigó esta falsa denuncia, dejando al hombre en una posición vulnerable.

¿Hacia dónde vamos?

La situación actual en España es insostenible. Los hombres son tratados como culpables hasta que se demuestre su inocencia, y las falsas denuncias no son investigadas adecuadamente. Es hora de que se tomen medidas para garantizar la igualdad de derechos y justicia para todos, independientemente de su género.

La necesidad de un cambio

Es crucial que se reforme la ley de violencia de género para garantizar que todos los ciudadanos sean tratados por igual ante la ley. La igualdad de derechos es un principio fundamental de cualquier sociedad democrática, y España no puede permitirse seguir ignorando este principio.

Conclusión

En resumen, la situación actual en España es alarmante. Los hombres son tratados como ciudadanos de segunda categoría, y las falsas denuncias están destruyendo vidas inocentes. Es hora de que la sociedad española despierte y vea la verdad: todos somos iguales, y todos merecemos ser tratados con justicia y respeto.

RESUMEN Y VIDEO

En España, la ley de violencia de género ha generado una controversia significativa al crear un sistema que, según críticos, discrimina contra los hombres. Se sostiene que esta ley viola el artículo 14 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, al no ofrecer la misma protección legal a todas las personas, independientemente de su género.

El 77% de los denunciados por violencia de género en España son declarados inocentes, lo que plantea serias dudas sobre la eficacia y justicia de esta legislación. La estadística contrasta fuertemente con la afirmación de que solo el 0,001% de las denuncias se consideran falsas, un número que muchos consideran poco realista debido a la falta de investigación por parte de la fiscalía.

Los medios de comunicación españoles dedican una cobertura desproporcionada a temas de machismo y patriarcado, mencionándolos tres veces más que los medios internacionales. Esto crea un bombardeo mediático constante que criminaliza al hombre y victimiza a la mujer, impactando negativamente la percepción pública.

Un caso que ilustra esta problemática es el de un policía acusado falsamente por su pareja, quien fue apartado de sus hijos durante cuatro años. Aunque las trabajadoras sociales involucradas fueron sancionadas, las penalizaciones fueron insignificantes comparadas con el daño infligido al hombre y su familia.

La existencia de una red clientelar alrededor del feminismo institucional es otro factor alarmante. No se trata solo del presupuesto asignado al Ministerio de Igualdad, sino también de las concejalías de igualdad en municipios pequeños que duplican y triplican funciones, creando un aparato burocrático innecesario y costoso.

En el caso de La Coruña, una mujer de 17 años acusó a su novio de diversos delitos, pero durante el juicio reconoció haber mentido. A pesar de su admisión, la fiscalía no tomó medidas para investigar la denuncia falsa, dejando al hombre expuesto a posibles consecuencias legales y sociales.

La ley de violencia de género no solo impacta a los hombres, sino también a los niños y familias. Los hijos son apartados de sus padres basándose únicamente en denuncias, sin necesidad de sentencia. Esto crea una situación de indefensión legal y emocional para los padres.

El impacto psicológico y emocional en los hombres es profundo. Se sienten desechables y vulnerables, incapaces de proteger a sus hijos o de ejercer sus derechos legales, todo bajo el paraguas de una legislación que algunos califican de discriminatoria.

Las trabajadoras sociales y funcionarios implicados en estos procesos tienen un poder significativo, y en algunos casos, han utilizado este poder para retrasar o manipular procedimientos legales, afectando la vida de los padres y sus hijos.

La falta de manifestaciones públicas y cobertura mediática en estos casos refleja una indiferencia preocupante hacia los hombres afectados por falsas denuncias. La sociedad parece haber aceptado la narrativa de que los hombres son los únicos agresores, sin considerar la complejidad de cada caso.

El llamado a la acción es claro: se necesita una reforma legal que garantice la igualdad de derechos y proteja a todos los ciudadanos, sin importar su género. La justicia debe ser imparcial y no influenciada por narrativas o presiones mediáticas.

En conclusión, la situación en España requiere un análisis profundo y una reevaluación de las políticas actuales. La igualdad y la justicia deben ser los pilares fundamentales de cualquier sociedad democrática, y es responsabilidad de todos garantizar que se apliquen de manera equitativa.

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